Materiales iniciales para pintar al óleo
Para empezar a pintar al óleo, lo más recomendable es copiar un modelo, como un recipiente con flores o un conjunto de frutas
La pintura al óleo es una estupenda forma de expresarse y dejar volar la creatividad. Y aunque antes de empezar a practicarla pueda parecer una tarea difícil, no lo es en absoluto para los amantes de los trabajos manuales. Si no se pone el listón de la exigencia demasiado alto y se toma como una simple afición, esta tarea se puede presentar como una manualidad más.
Antes que nada hay que proveerse de todos los materiales necesarios. Los elementales son: tubos de óleo de varios colores, pinceles de diferentes tamaños y formas, una paleta para mezclar las tonalidades (puede ser de madera, con su forma característica, o un simple plato de loza), esencia de trementina -que funciona como disolvente- y un lienzo. También pueden ser de gran ayuda algunas pequeñas espátulas y un trapo para limpiar los pinceles. El aceite de linaza es idóneo para diluir la pintura.
Para empezar a pintar al óleo, lo más recomendable es copiar un modelo, como un recipiente con flores o un conjunto de frutas
La pintura al óleo es una estupenda forma de expresarse y dejar volar la creatividad. Y aunque antes de empezar a practicarla pueda parecer una tarea difícil, no lo es en absoluto para los amantes de los trabajos manuales. Si no se pone el listón de la exigencia demasiado alto y se toma como una simple afición, esta tarea se puede presentar como una manualidad más.
Antes que nada hay que proveerse de todos los materiales necesarios. Los elementales son: tubos de óleo de varios colores, pinceles de diferentes tamaños y formas, una paleta para mezclar las tonalidades (puede ser de madera, con su forma característica, o un simple plato de loza), esencia de trementina -que funciona como disolvente- y un lienzo. También pueden ser de gran ayuda algunas pequeñas espátulas y un trapo para limpiar los pinceles. El aceite de linaza es idóneo para diluir la pintura.
Claves para comenzar a pintar
Para comenzar a pintar, el primer paso es colocar la pintura sobre la paleta. Con este fin se deben emplear los bordes de la superficie, de tal forma que la parte central quede libre: esa es la superficie que se usará para realizar las mezclas. En general, no es imprescindible contar con muchos tubos de pintura, ya que con cuatro o cinco resulta suficiente: blanco, amarillo, rojo, azul y negro. A partir de la combinación de estas tonalidades se pueden obtener todas las demás.
Lo conveniente es ordenar los colores según la escala cromática, de los más claros a los más oscuros. Al colocarlos en este orden se asegura que, si se mezclan por accidente, será entre dos tonalidades bastante cercanas en la gama y el resultado no será tan problemático.
Una vez dispuestos los materiales de esta manera, se elige un pincel, se moja en la esencia de trementina (si se carece de ella, se puede emplear aguarrás puro) y se empieza a mezclar las pinturas en busca del tono deseado. Se debe humedecer con frecuencia el pincel en la trementina para lograr una buena ductilidad de la pintura, pero para evitar que llegue demasiado empapado del bote de líquido a la paleta, se puede secar con un trapo. Después, solo queda aplicar la pintura en la tela.
Consejos para principiantes de la pintura al óleo
Los siguientes son algunos consejos y recomendaciones para quienes comienzan a transitar la senda de la pintura al óleo.
Colocar poca pintura en la paleta. Para esto, es fundamental no excederse al presionar el tubo. Luego se limpia bien la boca del tubo con el trapo, para evitar que los restos de pintura se sequen allí y ocasionen que el tapón se quede pegado.
Antes de aplicar la pintura sobre el lienzo, conviene llevar a cabo ensayos y pruebas sobre una cartulina, un lienzo que ya no sirva u otra superficie similar. De este modo es posible comprobar si la tonalidad y la densidad de la pintura son las deseadas, o seguir trabajando hasta obtenerla.
El aceite de linaza es la sustancia más apropiada para cuando se necesita diluir la pintura al óleo
Para empezar a pintar, lo mejor es copiar un modelo, como un recipiente con flores, un conjunto de frutas o el paisaje que se ve a través de una ventana, aunque en este caso habrá variaciones de luz a medida que transcurran las horas del día. También se pueden realizar pruebas y bocetos previos sobre papel y, cuando se sienta mayor seguridad, pintarlo sobre la tela.
Además de lograr el color deseado al mezclar las pinturas en la paleta, hay que tener en cuenta que, ya en la tela, si se aplica una pintura sobre otra todavía fresca, también se mezclarán. Esto no ocurrirá si se deja que la primera seque bien. Hay una técnica de pintura llamada veladura, que consiste en pintar con un color claro sobre uno oscuro, para obtener tonalidades nuevas en las superficies de intersección.
Los colores blanco y negro se deben emplear poco y con cuidado, ya que a menudo "ensucian" a los demás y un pequeño exceso ya impide obtener el resultado deseado. Es más conveniente aclarar con amarillo, y no con blanco, y oscurecer con azul o marrón, y no con negro, para evitar esos problemas.
Hay que limpiar bien los pinceles después de su uso: quitar restos de pintura con papel de periódico, sumergirlos en aguarrás y más tarde secarlos con un trapo. También se puede usar un pan de jabón neutro, pasando las cerdas sobre él de tal forma que se eliminen los restos de pintura.
Para comenzar a pintar, el primer paso es colocar la pintura sobre la paleta. Con este fin se deben emplear los bordes de la superficie, de tal forma que la parte central quede libre: esa es la superficie que se usará para realizar las mezclas. En general, no es imprescindible contar con muchos tubos de pintura, ya que con cuatro o cinco resulta suficiente: blanco, amarillo, rojo, azul y negro. A partir de la combinación de estas tonalidades se pueden obtener todas las demás.
Lo conveniente es ordenar los colores según la escala cromática, de los más claros a los más oscuros. Al colocarlos en este orden se asegura que, si se mezclan por accidente, será entre dos tonalidades bastante cercanas en la gama y el resultado no será tan problemático.
Una vez dispuestos los materiales de esta manera, se elige un pincel, se moja en la esencia de trementina (si se carece de ella, se puede emplear aguarrás puro) y se empieza a mezclar las pinturas en busca del tono deseado. Se debe humedecer con frecuencia el pincel en la trementina para lograr una buena ductilidad de la pintura, pero para evitar que llegue demasiado empapado del bote de líquido a la paleta, se puede secar con un trapo. Después, solo queda aplicar la pintura en la tela.
Consejos para principiantes de la pintura al óleo
Los siguientes son algunos consejos y recomendaciones para quienes comienzan a transitar la senda de la pintura al óleo.
Colocar poca pintura en la paleta. Para esto, es fundamental no excederse al presionar el tubo. Luego se limpia bien la boca del tubo con el trapo, para evitar que los restos de pintura se sequen allí y ocasionen que el tapón se quede pegado.
Antes de aplicar la pintura sobre el lienzo, conviene llevar a cabo ensayos y pruebas sobre una cartulina, un lienzo que ya no sirva u otra superficie similar. De este modo es posible comprobar si la tonalidad y la densidad de la pintura son las deseadas, o seguir trabajando hasta obtenerla.
El aceite de linaza es la sustancia más apropiada para cuando se necesita diluir la pintura al óleo
Para empezar a pintar, lo mejor es copiar un modelo, como un recipiente con flores, un conjunto de frutas o el paisaje que se ve a través de una ventana, aunque en este caso habrá variaciones de luz a medida que transcurran las horas del día. También se pueden realizar pruebas y bocetos previos sobre papel y, cuando se sienta mayor seguridad, pintarlo sobre la tela.
Además de lograr el color deseado al mezclar las pinturas en la paleta, hay que tener en cuenta que, ya en la tela, si se aplica una pintura sobre otra todavía fresca, también se mezclarán. Esto no ocurrirá si se deja que la primera seque bien. Hay una técnica de pintura llamada veladura, que consiste en pintar con un color claro sobre uno oscuro, para obtener tonalidades nuevas en las superficies de intersección.
Los colores blanco y negro se deben emplear poco y con cuidado, ya que a menudo "ensucian" a los demás y un pequeño exceso ya impide obtener el resultado deseado. Es más conveniente aclarar con amarillo, y no con blanco, y oscurecer con azul o marrón, y no con negro, para evitar esos problemas.
Hay que limpiar bien los pinceles después de su uso: quitar restos de pintura con papel de periódico, sumergirlos en aguarrás y más tarde secarlos con un trapo. También se puede usar un pan de jabón neutro, pasando las cerdas sobre él de tal forma que se eliminen los restos de pintura.
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